martes, 17 de mayo de 2016

JAIME MAUSSAN PAGO LA "RECOMPENSA" DE LA "MOMIA DE ROSWELL"

  






El controvertido affaire de la “momia de Roswell” aún aporta noticias, al año exacto de su presentación pública en México. Y es que, el periodista Jaime Maussan es una autentica caja de sorpresas. Ayer, en el programa de Fernando Silva Hildebrandt, La SEÑAL, (16/05/2016) respondió a una pregunta que me rondaba por la cabeza desde hacía varios meses a tenor de unas informaciones que había recibido de forma confidencial...
Al parecer, Maussan había pagado la famosa recompensa que prometió tras la presentación del presunto extraterrestre de Roswell, en el evento "Be Witness", a la persona que pudiera aportar otra imagen del mismo ser... $ 5.000 dólares $... Confiado que esto no iba a pasar, pero pasó, para su desgracia...
Y el dinero fue a parar a las manos del ufólogo Anthony Bragalia que encontró la información sobre la momia de Mesa Verde... 
Pero lo más increíble de la historia es que, Maussan no le pagó porque hubiera solucionado el caso.  Maussan afirmó, sin despeinarse, que lo hizo porque la fotografía encontrada por Bragalia confirma que su diapositiva no se corresponde a la momia que Palmer encontró en el Castillo de Montezuma (Nuevo México) en 1896...
Cinismo y desvergüenza a partes iguales. Además indicó que Bragalia, pudoroso como pocos, no quería que esto fuese de conocimiento público...








Puestos a pagar, el justísimo destinatario de la recompensa debería haber sido Jorge Peredo. El PRIMERO en presentar otra imagen de la "momia de Roswell".
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JOSE ANTONIO CARAV@CA


Prohibido la reproducción total o parcial del material incluido en el presente blog sin previa autorización del autor. Propiedad de José Antonio Caravaca.

domingo, 1 de mayo de 2016

JOHN KEEL ESCRIBIO SU PRIMER LIBRO EN ESPAÑA







El genial e inmortal investigador John A. Keel (1930/2009), autor entre otros libros del mítico "The Mothman Prophecies" (1975)  ejerció su labor de periodista en diversos lugares del mundo. A mediados de los años 50 estuvo residiendo en España, concretamente en Barcelona. En esa época acababa de dejar el ejército, donde desempeño labores en la emisora de radio de la “American Forces Network”. Tras dejar la vida militar, se dedicó a viajar por la India, Egipto e Irak, para recoger toda clase de extrañas historias para las revistas norteamericanas con las que colaboraba, como Argosy y True. Encantadores de serpientes, faquires, extrañas criaturas, momias, e, incluso una búsqueda del legendario Yeti, fueron algunos de los primeros misterios que interesaron a un joven Keel.

John Keel con su novia Lite. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)
Fachada del inmueble donde residió Keel durante su etapa en Barcelona. Foto Actual. (Imagen Cortesía Google Maps)
Tarjeta de visita de John Keel durante su estancia en España. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)







Durante esta etapa de su vida, el inquieto reportero se instaló en Barcelona con su novia Lite, que posteriormente sería su esposa, y reescribió algunos de sus artículos para convertirlo en su primer libro, "Jadoo" (1957). De su etapa en España, John Keel confesaría a sus más íntimos amigos, como Doug Skinner, que, aunque no había aprendido a leer en español, le encantaba ir al teatro y sobre todo, le fascinaba que continuara vivo el género del "vodevil". Estuvo 3 años viviendo en Barcelona, entre 1955 y 1957, regresando a Nueva York para promocionar su libro.
El resto ya es historia…

Su buen amigo Doug Skinner escribió una emotiva biografía sobre uno de los mejores investigadores OVNIs y de anomalías de todos los tiempos:
“John Alva Keel nació el 25 de marzo de 1930, en Hornell, Nueva York. Su padre era un cantante y líder de una banda de música, su madre era una; "chica alegre, guapa y con un gran sentido del humor".  El matrimonio duró muy poco; y John fue criado por sus abuelos en el pueblo cercano de Perry. De niño leía insaciablemente (se recordaba a sí mismo como una "máquina de leer"), sobre todo cualquier cosa sobre magia, humor, ciencia, viajes y la aviación. En el momento en que cumplió los 14 años, estaba decidido a ser un escritor: escribió una columna titulada “Scraping the Keel” para el "Perry Herald"; publicó su propio fanzine de ciencia ficción, "The Lunarite"; y enviaba escritos de forma rutinaria a varias revistas.

John Keel en su juventud. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)
John Keel junto a su madre durante su estancia en el ejercito estadounidense. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)





En 1947, haciendo autostop llegó a Manhattan -o, más específicamente, a Greenwich Village. Se convirtió en editor asociado de las revistas trimestrales Poets of America (1947-1949), y editor del periódico semanal Limelight (1949-1951). En ese momento, también estaba escribiendo para varios cómics, contribuía con poesía para varias revistas, y realizaba guiones para el canal de televisión WABD. También escribió guiones para programas de radio, incluyendo la estación Grand Central y Primer Nighter.
Cuando cumplió los 18 años, tuvo una experiencia extraña de iluminación (pero clásica) en su habitación amueblada al lado de Times Square. Recordaba que la habitación "llena de una luz indescriptible, con un brillo rosado"; y su mente "inundada con un torrente de información."
En 1951, fue reclutado por el ejército. Pasó sus años de militar en Frankfurt, trabajando sobre todo para el American Forces Network. Donde desarrolló algunas de sus ideas de comunicación -una transmisión a distancia desde la gran pirámide, otra del castillo de Frankenstein- que le llevaron a ganar notoriedad.

Un joven John Keel sostiene una serpiente ante la cámara. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)




En 1954, Keel estaba inquieto y decidido ver más del mundo. Pasó el próximo año vagando por todo el Oriente Medio, apoyándose económicamente en el envío y publicación de artículos a través de su agente, que luego los publicaba en revistas como "las aventuras de un explorador". En Singapur, fue deportado como un "aventurero", y se trasladó a Barcelona, ​​donde reescribió sus experiencias para crear un libro titulado Jadoo.
Cuando Jadoo se publicó en 1957, se trasladó de nuevo en Nueva York. Lo promovió mediante unas cobras expuestas en la ventana del acuario de Midtown en Times Square, tuvo muchas apariciones en televisión y radio. Posteriormente sufrió un poco del "bloqueo del escritor", después de esto, volvió a editar la revista Echo. "Funk & Wagnall" también lo contrató como editor de ciencia y geografía (1959-1960).
En los años 60, trabajó mucho para la televisión: Keel era el guionista principal para el concurso “Play Your Hunch”; y también elaboró muchos guiones para series como "Mack and Myer for Hire", "the Chuck McCann Show", "the Clay Cole Show" y la serie de animación "Snooperscope". También escribió un par de novelas, bajo su seudónimo preferido, Harry Gibbs.

Jaddo, el primer libro de John Keel. Escrito durante su estancia en Barcelona,





La revista Playboy le encargó escribir un artículo sobre OVNIs. El reportaje resultante fue rechazado (la asignación fue entregada a J. Allen Hynek, y publicado en la edición de diciembre de 1967). Pero Keel se había enganchado al tema de forma irremediable; viajó por todo el país, entrevistando a testigos, y escribió decenas de artículos. El fenómeno OVNI, que conoció, tuvo un efecto en sus investigadores: entró en un oscuro mundo donde los coches negros desaparecían en los caminos rurales, los mensajes sin sentido se presentaban en sus habitaciones de hotel, y su teléfono y correo sufrieron intercepciones extrañas. En 1966, realizó varias visitas a Point Pleasant, Virginia Occidental, el lugar donde un monstruo era particularmente activo y los avistamientos de OVNIs se repetían; el resultado fue uno de sus libros más populares, “The Mothman Prophecies”. En el camino, también emitió un boletín ilustrado llamado “Anomaly”; escribió una columna regular para “Saga”; y publicó varios libros clásicos sobre literatura forteana.
Fue asesor técnico de la Biblioteca del Congreso (1968-1969), y asesor especial de la Oficina de Investigación Científica y de la Oficina de Radiología (1968-1971), antes de convertirse en consultor para el Departamento de Salud, Educación y Bienestar Social, para quien produjo un modelo para la revista, "You". También cumplió un sueño de la infancia mediante la obtención de su licencia de piloto.
En la década de 1980, intentó elaborar una serie de obras de teatro y novelas, pero ninguna de ellas llegaron a publicarse o a los escenarios. Keel dedicó su tiempo a varios proyectos de venta por correo, y consiguió sacar de su letargo a la “New York Fortean Society”. También contribuyó con una columna habitual en la revista Fate: “Beyond the Known.”

John Keel junto a Doug Skinner en 2001. (Imagen cortesía de  Doug Skinner)





En sus últimos años, su ajetreo se ralentizó considerablemente debido a la diabetes  que padecía y sus complicaciones. Pasó algunos tiempos difíciles, particularmente cuando las cataratas y la cirugía ocular resultante, le hicieron escribir con dificultad. Su suerte cambió cuando "The Mothman Prophecies" se convirtió en una película en 2002; Keel estaba especialmente encantado por haber sido interpretado por Richard Gere, a quien se refirió como un "John Keel muy logrado." La publicidad que generó la película hizo que el libro se reeditara varias veces, incluyendo numerosas ediciones en el extranjero. Se compró un coche, que él bautizó como el “Mothmobile”, con el que frecuentemente desaparecía en viajes por carretera en solitario.
Con la edad, su salud empeoró, y pasó varios años entrando y saliendo de hospitales y residencias de ancianos; sus amigos le animábamos a seguir adelante. John Keel murió el 3 de julio del 2009, en el Hospital Monte de Sinai en Manhattan.

John Alva Keel uno de los mejores investigadores de anomalías de todos los tiempos.




A pesar de los artículos en sentido contrario, no murió solo y abandonado. Larry "Ratso" Sloman y yo, fuimos sus tutores médicos; y le ayudamos activamente. Muchos amigos lo visitamos en sus diversas estancias en hospitales y residencias. Yo estaba junto a su cama el día en que murió, para dar las últimas instrucciones, y para decirle adiós. A pesar de lo que decían algunos artículos sus archivos fueron salvados por sus amigos y familiares”.


El autor del reportaje quiere expresar públicamente su sincero agradecimiento a Doug Skinner, amigo intimo de John Keel, por toda la información facilitada para la elaboración de esta nota.








JOSE ANTONIO CARAV@CA


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